Ante la situación actual, consecuencia de la pandemia global, las tendencias indican que nos enfrentaremos a un nuevo período en el que aumentarán los casos activos que pondrán a prueba nuestras capacidades en general y nuestra resiliencia en particular. Al enfrentarnos a esta otra pandemia de matices psicológicos, existirán 5 claves que deberemos trabajar como sociedad y en las que el apoyo de especialistas en psicología como usted será invaluable.
La contingencia producto de la pandemia por COVID-19 ha representado un desafío en muchos sentidos: desde el cambio en el modo en que llevamos a cabo nuestras actividades diarias, hasta las invaluables pérdidas que hemos sufrido. Indudablemente se trata de una situación inédita que a nivel global nos ha obligado a poner las cosas en perspectiva y en la cual las consecuencias no sólo afectan a los pacientes, también en gran medida a los profesionales de la salud que se encuentran sometidos a una gran presión y expuestos a emociones intensas y difíciles de asimilar.
En las próximas semanas, según las tendencias y análisis globales, nos enfrentaremos a una nueva oleada en la que el número de casos activos aumentará de nuevo y con base en su magnitud, podríamos experimentar un nuevo proceso de aislamientos y confinamientos para revertir esa proyección.
Es importante considerar que si bien ya hemos vivido las consecuencias psicológicas del aislamiento, experimentar una nueva oleada puede tener consecuencias delicadas debido al sentimiento de que todo iniciará de nuevo y la sensación de que el final de la contingencia se vea lejano.
Esto quiere decir que muchos de los matices individuales y colectivos y los fenómenos psicológicos asociados a esta nueva contingencia representarán un desafío colectivo en el que usted como especialista puede tener gran incidencia a través de notas o artículos breves que puede compartir con sus pacientes a través de campañas de correo electrónico o SMS.
Usted, como especialista en psicología, puede ayudar tanto a sus pacientes como a especialistas médicos que se encuentran inmersos en la contingencia y sometidos a gran presión por medio de la sección Pregunta al experto y, de ese modo, podrá marcar una diferencia sustancial en el futuro inmediato. Esa es la razón por la que hemos conjuntado los 5 claves psicológicas que enfrentaremos durante la segunda oleada por COVID-19 y que incidirán de forma decisiva en la proyección que tendremos como sociedad en los tiempos que se avecinan.
CLAVE 1. Cuidar de los especialistas médicos
Los especialistas médicos que trabajan en la primera línea están sometidos a una presión inimaginable. Por un lado son los encargados de cuidar a sus pacientes, lo que implica una gran responsabilidad, pero por otro lado, también están a cargo de su propia salud y la de su familia; esto implica que en no pocas ocasiones se vean obligados a aislarse para maximizar los cuidados y si a todo ello sumamos que inevitablemente los resultados de sus intervenciones no siempre son los esperados, nos encontramos ante un panorama en el que el desarrollo de trastornos por estrés postraumático y cuadros ansioso-depresivos pueden ser comunes.
Si a esto sumamos las largas jornadas de trabajo, la presión personal al saber de primera mano de la saturación de hospitales y clínicas, la falta de materiales médicos, el miedo a un contagio por la escasez de sistemas de protección, la toma de decisiones con una incidencia decisiva sobre la vida de las personas y el impacto emocional debido a la constante exposición al sufrimiento de otros, el resultado puede ser un umbral límite en el equilibrio emocional de los especialistas médicos que se encuentran en las unidades de cuidados intensivos. Bajo estas circunstancias debe ser una prioridad absoluta dar atención psicológica a los profesionales que nos mantienen a salvo.
CLAVE 2. Atención psicológica para la población vulnerable
Si bien, todos sin excepción hemos estado sometidos a las circunstancias de esta contingencia, existen sectores de la población que inevitablemente han sufrido con mayor intensidad las incidencias del aislamiento, de la falta de atención médica e inclusive de la pérdida de trabajos, sustentos familiares e insumos básicos. Ante estas circunstancias, las personas que desafortunadamente se encuentran en esta situación y las que anteriormente sufrían ya alguna patología mental previa al COVID-19 quizá ni siquiera piensen en obtener ayuda psicológica; sin embargo la proyección a futuro de la desescalada y un eventual regreso a una nueva normalidad implica tomar en cuenta de forma seria las implicaciones que estos sectores podrían tener en el desarrollo de sus vidas cotidianas.
CLAVE 3. El impacto psicológico del aislamiento.
La necesidad de contener el virus y disminuir el número de contagios nos ha llevado a una nueva realidad en la que nos encontramos aislados del mundo, nuestros contactos son virtuales y ante la necesidad de mantener un equilibrio mental hemos asumido nuevas actividades. En suma, las nuevas circunstancias han implicado un cambio radical en nuestras formas de vida que, ante la incertidumbre de un límite temporal claro, puede transformarse en ansiedad, miedo, desesperanza e inclusive en un abandono de nuestras rutinas de cuidado tanto físico como mental. Las manifestaciones de estos desequilibrios pueden no ser repentinos ni abrumadores lo cual aumenta el riesgo de llegar a situaciones límite que pueden evitarse por medio de consultas psicológicas rutinarias.
CLAVE 4. Asumir las pérdidas
La contingencia provocada por la pandemia inevitablemente trae consigo consecuencias muy crudas en los procesos posteriores al fallecimiento de un ser querido. Debido a que los enfermos son aislados en los hospitales, después del fallecimiento los amigos y familiares no pueden despedirse en persona, asimilar la pérdida e iniciar un proceso de duelo. Esta situación es en extremo delicada y puede conllevar desequilibrios mentales de diversas intensidades, ya que al no existir una despedida y un proceso ritual que permita aceptar y asumir la realidad de la pérdida, el proceso mental será incompleto, por lo que encontrar un proceso eficiente de acompañamiento psicológico es trascendente.
CLAVE 5. Desarrollo de una resiliencia colectiva
Cuando somos resilientes utilizamos la adversidad como un proceso de aprendizaje y, ahora mas que nunca como sociedad, hemos debido extraer lo mejor de nosotros mismos. Para lograr un proceso resiliente colectivo es necesario el acompañamiento psicológico, además de una mutación social que cuestione las anteriores bases de nuestra convivencia y plantee unas nuevas donde la cooperación y la solidaridad se conviertan en algo estructural y no circunstancial.
¿Qué puede hacer usted como especialista en psicología?
Antes que nada es necesario subrayar que en este momento todos necesitamos de ayuda y acompañamiento psicológico debido a la situación que atravesamos. Puede ser complicado categorizar y jerarquizar esta necesidad ante la gran cantidad de procesos que vivimos. Sin embargo los beneficios de contar con acompañamiento psicológico son contundentes.
Por otro lado, usted como especialista médico cuenta con una ventaja circunstancial: sus pacientes pueden acudir a una terapia a distancia, ya que en términos generales no es necesario llevar a cabo un proceso presencial. Así, sus pacientes podrán tener un proceso integral por medio de consultas en línea sin arriesgarse a salir de casa.
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