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El modelo preventivo y predictivo que plantea la reforma: ¿Servirá para mejorar la salud de los colombianos?

Escrito por Equipo Doctoralia | Jun 11, 2025

Una de las banderas más importantes que ha planteado el Gobierno para impulsar la reforma a la salud es la de un “modelo preventivo, predictivo y resolutivo” que ayude a garantizar “atención cercana y permanente” a través de la “implementación de Equipos Básicos de Salud que operen de manera continua en todo el país”, según ha indicado el Ministerio de Salud en sus redes sociales.

De acuerdo con los argumentos planteados por el Ministerio en sus redes, el sistema de salud actual tiene un enfoque “curativo” y lo que se busca con la reforma es prevenir y reducir enfermedades fortaleciendo las estrategias de vacunación, los controles médicos y la promoción de hábitos saludables; predecir patologías identificando riesgos de forma temprana a través de datos y tecnología; y resolver, atendiendo cuando se necesita y sin barreras.


Este modelo es conocido como Atención Primaria en Salud (APS), sin embargo, su aplicación requiere de un análisis bajo preguntas fundamentales: ¿cambiar de enfoque servirá para mejorar la salud de los colombianos, que en teoría es el fin último de un sistema de salud?. ¿Cómo quedan los médicos particulares frente a este cambio de escenario?


Juan Eduardo Guerrero, presidente de la Asociación Colombiana de Salud Pública, quien ha mostrado su respaldo a la reforma, afirmó en diálogo con Doctoralia que el sistema de salud actual “está esperando la enfermedad” y, en esa medida, “un sistema de salud que anticipe los problemas para poder resolver muchísimas cosas” puede ser mejor para la salud de los colombianos. 


“Nuestro sistema de salud hoy remite absolutamente todo y esa remisión hace muy cruenta, muy difícil y poco humana la atención que estamos brindando. La reforma busca que los centros de salud públicos y ambulatorios privados puedan tener la capacidad de resolver in situ en el menor tiempo posible la mayor parte de los problemas conectados con los especialistas de forma oportuna, integral e íntegra; y no como hoy que nos llevan para una consulta, después para otros exámenes, después al especialista y después a otra parte”, explica Guerrero.

Experiencia en otros países

Luis Jorge Hernández, doctor en salud pública y docente de la Universidad de los Andes, expone que la evidencia a partir de experiencias en otros países ha mostrado que los modelos de APS con acceso y cobertura universal, atención continua y centrada en el paciente, énfasis en la Promoción de la Salud y en la Prevención de la enfermedad, orientación familiar y comunitaria, Cuidado Primario Ambulatorio y atención extramural son más eficientes que los solo modelos asistencialistas. 

Como ejemplo, Hernández menciona que Costa Rica, Brasil y el Reino Unido han desarrollado modelos sólidos de APS centrados en equipos multidisciplinarios responsables de poblaciones definidas geográficamente, con énfasis en la prevención, la promoción de la salud y la continuidad del cuidado. 


“En Costa Rica, los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (conformados por equipos multidisciplinarios de médico, enfermera, técnico en atención primaria y farmacéutico) han logrado una cobertura casi universal y mejoras en indicadores clave con un gasto moderado; en Brasil, la Estrategia de Salud de la Familia ha mejorado el acceso y la atención a poblaciones vulnerables, reduciendo hospitalizaciones innecesarias; y en el Reino Unido, los médicos generales del Servicio Nacional de Salud actúan como puerta de entrada al sistema, lo que permite un uso más racional de recursos especializados y una atención integral, aunque enfrenta retos como la sobrecarga laboral y los tiempos de espera”, cuenta Hernández.

Del dicho al hecho

Tanto Guerrero como Hernández y otros expertos consultados coinciden en que la Atención Primaria en Salud es un modelo que ha mostrado grandes beneficios en salud en la población, sin embargo -aseguran-, su aplicación o fortalecimiento conlleva complejidades y tiene consideraciones especiales.


Johnattan García-Ruiz, investigador en sistemas de salud de la Universidad de Harvard, explicó en un hilo en X que la capacidad de prevención de un sistema basado en el modelo de APS “tiene límites y que lo curativo también tiene un elemento preventivo”. “Por más que soñemos en un sistema “enfocado en lo preventivo”, lo curativo siempre ocupará la mayor atención y recursos en cualquier sistema de salud. El 75 % de exceso de mortalidad en nuestra región depende de lo “curativo”. De esas muertes, el 71 % se debe a la mala calidad del sistema de salud. Si lo curativo se hace mejor, con acceso y calidad, se pueden evitar tantas muertes como en lo preventivo”, sostiene.

En esa misma red social, Andrés Vecino, profesor e investigador en la Universidad John Hopkins, ha argumentado que “un modelo de salud preventivo es necesario”, pero su efecto total “sólo se puede ver años después” y “es muy poco probable que reduzca la demanda de personal de salud o los costos en salud”. 

De hecho, Vecino ha sido enfático en que para llevarlo a la realidad se necesitan “más recursos y no menos” y, en ese sentido, cuestiona que la reforma a la salud no genera nuevas fuentes de financiación para ese modelo y, por el contrario, plantea tomar una porción importante del gasto de salud actual.

El doctor Luis Jorge Hernández va más allá y asegura que no hace falta una reforma a la salud para desarrollar un modelo de APS pues ya cuenta con lineamientos normativos para hacerlo, como la Ley 1438 de 2011, la Ley Estatutaria en Salud y el Plan Decenal de Salud Pública 2022-2031. Lo que ha faltado, a su juicio, es “consolidar una política de estado a favor de la APS”. 

“La ley estatutaria en salud no se ha desarrollado plenamente y ha significado un pulso entre los sucesivos gobiernos, primero fue el Modelo Integral de Atención en Salud (Mias) de la administración Santos y luego el Modelo de Atención Territorial (Maite) del ministro Juan Pablo Uribe. Después no se volvió a escuchar mucho de Maite. Llegó la pandemia y la implementación del modelo quedó truncada durante los años 2020, 2021 y 2022”, asevera.

Hernández dice que el desarrollo de ese modelo debe cumplir, eso sí, con condiciones financieras claras como una inversión sostenida en salud pública, prevención, tecnologías de diagnóstico precoz y el fortalecimiento de los equipos de salud, aprovechar los programas de APS que ya realizan las EPS, la articulación con las entidades territoriales y la gobernanza comunitaria.

En eso coincide Alejandro Gómez, ex secretario de salud de Bogotá, quien le dijo a Doctoralia que el sistema de salud actual ya incluye medidas y acciones de carácter preventivo como las campañas masivas de vacunación, los tamizajes de citología o de mamografía o las tomas masivas de presión arterial, entre otras.

Sin embargo, el desarrollo de la APS en regiones apartadas a las que se quiere llegar con la reforma necesita garantizar la permanencia del Talento Humano en Salud en esos territorios con planeación y estímulos. “Si hoy por hoy no tenemos, por ejemplo, algunos médicos en algunas localidades de Bogotá, ¿se imagina lo que implicaría tener médicos en zonas como Cumaribo o Puerto Inírida? Se demanda más planeación y poner los pies sobre la tierra”, sostiene Gómez.


 

¿Y los médicos particulares?

Según el investigador Johnattan García-Ruiz, los médicos que ejercen su práctica profesional de manera particular no se verían desfavorecidos con este cambio de modelo y, de hecho, podrían verse favorecidos en la medida de que se puedan detectar casos que nunca hubieran llegado a un nivel más alto de complejidad. 


“La idea de una atención en salud resolutiva es que las cosas que puedan resolverse en el nivel primario les permiten a los pacientes tener atención más oportuna y a los especialistas en concentrarse en los casos más complejos”, concluye García.


En conclusión, aunque el modelo preventivo, predictivo y resolutivo que propone la reforma a la salud parte de una intención loable y ha mostrado resultados positivos en otros países, su implementación en Colombia requiere mucho más que voluntad política o un cambio normativo. Se necesita planeación rigurosa, inversión sostenida, fortalecimiento del talento humano y, sobre todo, una verdadera política de Estado que trascienda gobiernos.