11 de jun de 2025
El Sistema Público Unificado e Interoperable de Información en Salud: ¿qué tan lejos estamos?
Equipo Doctoralia
Probablemente ha visto a alguien llegar a su cita médica con una carpeta llena de órdenes, autorizaciones y exámenes impresos. O quizás usted mismo ha pasado por esa situación. Se trata de una escena propia del siglo pasado que se sigue viendo en Colombia y que podría dejar de verse con la creación del llamado Sistema Público Unificado e Interoperable de Información en Salud (SPUIIS), uno de los pilares más ambiciosos —y también de los más complejos— de la reforma promovida por el Gobierno.
Este sistema, que busca centralizar y articular todos los datos del sistema de salud, según han explicado sus promotores, promete ser la columna vertebral de la transformación. Pero, ¿qué tan viable es su implementación en un país con una infraestructura desigual y una profunda fragmentación institucional?
La representante a la Cámara Martha Alfonso, una de las ponentes iniciales de la reforma, ha sido una de las voces más visibles explicando en qué consiste este sistema. En una publicación en su cuenta de X resumió su alcance: “El sistema unificado de información va a permitir más transparencia en el manejo de los recursos, porque vamos a poder hacer control social al flujo de la plata y las cuentas, pero, además, va a permitir mayor participación ciudadana”.
Según Alfonso, a diferencia de versiones previas de la reforma, la versión que hoy está a punto de discutirse en el Senado propone un despliegue progresivo, “multimodal y armónico”, que aproveche los sistemas de información existentes y los interconecte paulatinamente. La meta -afirma- es que en el futuro, cualquier ciudadano pueda acceder a su historia clínica desde cualquier prestador de servicios de salud en el país.
Muchos retos
Sin embargo, el sueño digital choca con la realidad de Colombia, donde existen 10.989 Instituciones Prestadoras de Salud (IPS), de las cuales el 90 % son privadas, según cifras del Registro Especial de Prestadores de Servicios de Salud (REPS). Las públicas, vale decir, son el único prestador disponible en muchas regiones apartadas del país. Articular a todos estos prestadores, que tienen notorias diferencias en infraestructura, conectividad y sistemas de información, es, de entrada, un reto mayúsculo.
Para Silvana Zapata, presidenta de la Asociación Colombiana de Epidemiología y experta en sistemas de información, “Colombia enfrenta múltiples desafíos para lograr una verdadera interoperabilidad en su sistema de información en salud”. Entre los principales obstáculos señala la fragmentación de las fuentes de datos —como RIPS, SISPRO, SIVIGILA, RUAF, SISMED—, la falta de estandarización tecnológica y la escasa calidad de la información.
“Tenemos errores de captura, datos incompletos o desactualizados que impiden confiar en la toma de decisiones basadas en información en tiempo real”, afirmó en diálogo con Doctoralia.
A esto se suma lo que Zapata califica como una “gobernanza débil del dato”, con poca claridad sobre quién gestiona, protege y garantiza el uso ético de la información personal en salud.
Desde el sector tecnológico, Andrés Torres, ejecutivo de InterSystems Latam, una empresa experta en software de interoperabilidad, coincide en que uno de los mayores cuellos de botella es la ausencia de una estandarización real. Y aunque la Resolución 866 establece lineamientos para la interoperabilidad de la historia clínica, Torres asegura que su aplicación sigue siendo desigual.
“Los sistemas en uso no siempre están diseñados para interactuar entre sí, y muchos prestadores de servicios de salud aún operan con sistemas heredados que no cumplen con los requisitos de interoperabilidad. Hay plataformas como la nuestra que permite superar estas barreras conectando diferentes tecnologías y formatos, pero se requiere voluntad política y recursos para escalar estas soluciones”, manifestó a Doctoralia.
¿Qué tan listos estamos?
Pero hay otra pregunta inevitable: ¿qué tan listos están los prestadores de servicios en Colombia para conectarse a esta gran autopista de datos que promete el SPUIIS? La respuesta, según los expertos consultados, es desalentadora.
“La preparación es absolutamente desigual –dice Zapata con franqueza– Los grandes hospitales tienen infraestructura, pero no siempre usan los estándares correctos. En cambio, muchas IPS rurales gestionan las historias clínicas en hojas de cálculo como Excel”.
En términos prácticos, Zapata explica que el sector público, pese a algunos avances, sigue rezagado por falta de inversión, mientras que el privado, aunque más tecnificado, requerirá incentivos claros para sumarse.
A su turno, Andrés Torres señala que la clave para superar este desafío es contar con una solución flexible que permita la integración gradual de los sistemas existentes. “Plataformas que permiten la integración de diferentes sistemas de salud, como las que se ajustan a los estándares establecidos en la Resolución 866, facilitan este proceso. Estas soluciones no solo aseguran que los prestadores puedan cumplir con la normativa, sino que también les brindan las herramientas necesarias para integrar sus sistemas sin interrumpir sus operaciones diarias”, comenta.
Experiencia en otros países
Y mientras en Colombia se discute cómo dar los primeros pasos, otros países de la región ya han recorrido parte del camino.
Silvana Zapata expone que Uruguay, por ejemplo, logró integrar sus datos sociales y clínicos, generando modelos predictivos de riesgo. En Chile -continúa- se logró impulsar un repositorio que cruza información de laboratorios, medicamentos y atención clínica. En Estonia, considerado uno de los referentes globales en salud digital, se ha implementado una historia clínica electrónica interoperable que incluso otorga al paciente control sobre sus propios datos, explica Zapata.
“Todos estos casos coinciden en tres factores: inversión sostenida en infraestructura digital, uso de estándares de interoperabilidad globales, y un marco legal claro sobre seguridad y privacidad del dato. Y ojo, todo se dio antes de cualquier otra reforma para poder detectar mejor todas las fallas del sistema y entender mejor la gestión del riesgo”, aterriza la epidemióloga experta en sistemas de información.
Precisamente, uno de los aspectos menos desarrollados en el texto de la reforma, según Zapata, es la explicación de esos beneficios concretos para los distintos actores. Desde su experiencia, aún no se han planteado con claridad.
Sin embargo, Torres sí puntualiza beneficios del llamado SPUIIS para las personas y los actores del sistema: “Para los pacientes, esto significa atención más segura y coordinada. Para los profesionales, decisiones clínicas mejor informadas. Y para los prestadores, eficiencia operativa y menos costos administrativos”.
“La interoperabilidad debe ser la norma, no la excepción. Si logramos un sistema en el que cualquier actor del sistema pueda acceder a la misma información clínica, los beneficios en calidad, eficiencia y seguridad son enormes”, complementa Torres.
En conclusión, el Sistema Público Unificado e Interoperable de Información en Salud (SPUIIS) tiene el potencial de cambiar la manera en que se presta, gestiona y evalúa la salud en Colombia, pero su implementación no será rápida ni sencilla en las condiciones actuales. El tiempo dirá si una implementación por etapas será suficiente para cerrar las brechas técnicas, políticas y sociales que hoy separan al sistema de su propia transformación digital.
Sobre el autor
Equipo Doctoralia
Inspírate
Contenido exclusivo para profesionales de la salud.